lunes, 16 de marzo de 2015

Nos faltan gaullistes aquí

Creo que aún no se ha escrito lo suficiente sobre el paralelismo entre el presidente Suáerez y el general De Gaulle.

En esta hora de crisis global en la política española, cuando los grandes partidos tradicionales tiemblan y surgen nuevos proyectos populistas como Podemos o Ciudadanos, se echa de menos la presencia de una fuerza política integradora que pilote la transición hacia una nueva época.

Lo supieron hacer muy bien el presidente Suárez (pese a la fragilidad de los partidos que presidió, UCD y el CDS) y el general De Gaulle (que solamente fundó un efímero partido entre 1947 y 1955). Ambos lideraron situaciones de crisis teniendo las ideas claras sobre a dónde querían llegar, suscitando complicidades desde plataformas meramente funcionales y muy abiertas.

Las características que hicieron del "gaullismo" una solución viable fueron básicamente éstas: 1. Ninguna complicidad con soluciones no democráticas. 2. Devolución de la confianza en el futuro individual y colectivo ("grandeur"). 3. Altura moral para solicitar esfuerzos. 4. Conciencia de las prioridades sociales ("gaullismo social / de izquierda").

El problema que tenemos en España es que la persona que podía liderar un programa así falleció sin herederos de su obra política. No hay suaristas en España; y si los hay, son meros nostálgicos de la transición o de los años del radicalismo cedesista.

Así que el trabajo inacabado iniciado por el presidente Suárez puede implosionar por una combinación de crisis económica, corrupción, tensiones territoriales y populismos extremistas.

Como persona ampliamente liberal, confiado en que la democracia es "el peor de los sistemas inventados por el hombre, excepto todos los demás que fueron experimentados en la historia", aún mantengo la esperanza en una solución reformista. Pero ya está tardando.

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