miércoles, 30 de noviembre de 2011

En primera linea



Como dijo Patch Adams: "La risa lo cura todo" :-)

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Hace 75 años que Abbott y Costello empezaron a representar este número. Sus raíces se hunden en el teatro cómico del siglo XIX. Pero fueron Abbott y Costello, provenientes del circo y del vaudeville, quienes fijaron la rutina en el mundo del béisbol y consiguieron con ello enorme popularidad.

Siempre que por motivos familiares viajo a USA me traigo algún recuerdo de su cultura popular. Hace años conseguí una grabación de "Who's on first", emitida a través de la radio durante los años cuarenta, y ahora es uno de los objetos más preciados de mi caja de tesoros.

En nuestros días la magia de internet nos permite disfrutar de esta hilarante rutina en imágenes y subtitulada al español. ¡Bien!

Me daré el gustazo la semana próxima de asistir en Madrid a un homenaje a los Hermanos Tonetti, geniales payasos que recorrieron la España de la segunda mitad del siglo pasado con su Circo Atlas, haciendo estallar las carcajadas.

Sirva este video como tributo para ellos, que alegraron mi infancia, y para cuantos cómicos ayer y hoy gastan su vida regalándonos alegría.

sábado, 26 de noviembre de 2011

No es tan difícil

"Las prostitutas os precederán en el reino de los cielos" (Jesús de Nazaret, dirigiéndose a los fariseos).

En ocasiones parece difícil combinar la fe cristiana con el liberalismo, pero sólo es una falsa apariencia.

Por ejemplo, yo apruebo desde hace años la idea de legalizar la prostitución.

Desde luego preferiría que nadie tuviera que dedicarse a un oficio como ése, pero lo cierto es que las prostitutas están ahí y no podemos mirar para otro lado. Son personas, necesitan nuestro respeto y vivir con la mayor dignidad posible.

Un suceso reciente me ha reafirmado en mis convicciones.

Me mandaron llamar los abuelos de un antiguo alumno mío: "Rafa, ¡K. está en la cárcel!" (mantengo contacto con muchos de mis antiguos alumnos, aunque a K. hacía varios meses que no le veía).

¿Qué había pasado? Hace dos semanas, regresando a casa en medio de la noche, K. había embestido involuntariamente con su coche a dos prostitutas que trabajaban en la carretera.

Al bajar del coche para intentar socorrerlas, en medio de la oscuridad aparecieron dos proxenetas bien agresivos, furiosos al ver lo ocurrido, probablemente haciendo cuentas mentales sobre pérdidas y beneficios.

Atemorizado por su presencia, K. volvió a introducirse en su coche, puso pies en polvorosa y salió huyendo de allí.

Al día siguiente por la mañana, junto a su abuelo, se presentó voluntariamente en comisaría para dar cuenta de lo ocurrido. Ya no le dejaron salir.

Lo metieron en el calabozo y ahora está en prisión preventiva, acusado de omisión del deber de socorro, al salir huyendo de los proxenetas sin ayudar a las prostitutas heridas.

Menudo desastre.

¿Quién sabe cuándo saldrá el juicio? ¿Cuántos meses estará K. en prisión preventiva? ¿Qué pasará con la economía familiar de las dos prostitutas heridas en las piernas, mientras no puedan trabajar? ¿Qué hay del trabajo de K. y de qué va a mantenerse ahora su familia?

El hijo mayor de K. tiene 3 años, pero es más listo que el hambre.

En su primera visita a papá dentro de la cárcel se dio cuenta que aquello era una prisión: "Papá, ¿estás preso, verdad?"

K. tampoco anda corto de reflejos, así que supo improvisar: "No hijo, aquí es donde Papa Noel fabrica los juguetes para todos los niños. Estoy aquí ayudando a Papa Noel a fabricar juguetes."

Prohibir la prostitución sólo trae riesgos y desgracias para todos. Tan sólo los proxenetas se benefician de esta prohibición.

Mis compañeros de la ejecutiva catalana del P-Lib (partido liberal) tendrán que disculpar mi ausencia en la próxima reunión. Es sábado por la mañana y a esa hora voy a estar visitando a K. en la cárcel. Por la tarde quiero ir a informarme sobre el estado de salud de las heridas, para ver si en algo podemos/puedo serles útil.

Desde el realismo político y la honestidad intelectual, combinar la fe cristiana con la defensa de la libertad no puede ser tan difícil.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Pan comido

Siempre que veo en la red alguna foto de Desmond Tutu con  el Dalai Lama me da la impresión que son propietarios de una misma sonrisa. En medio de la lucha pacífica contra gobiernos represores, el Lama y el arzobispo Tutu conservaron el aplomo y la tranquilidad de aquéllos que confían plenamente en el triunfo del Bien.

¿Existe alguna explicación racional para el atrevimiento de Tutu, un hombre de poco más de metro y medio, en su lucha contra gigantes tan terribles como el racismo, la violencia y las desigualdades injustas? Y aún más: ¿cómo se puede librar esa batalla con una sonrisa en los labios?

Paul Ekman y un equipo del Centro médico de la Universidad de California descubrieron que la práctica de la meditación ayuda a domesticar la amígdala y nos hace más felices. La amígdala es la zona del cerebro donde se almacena el recuerdo del miedo en la memoria. Cuando la amígdala está bajo control, las frustraciones y los imprevistos de la vida ya no se asocian con el miedo. Por eso aquellas personas que acostumbran a meditar regularmente son seres humanos más felices.

¿Habéis visto la sonrisa del Dalai Lama? No es el resultado de convenciones sociales o culturales, realmente está poniendo de manifiesto un estado de ánimo auténtico: es un hombre feliz. Por cierto, como también podríamos serlo los cristianos si cultivasemos nuestra vida de oración.

Cuando guardamos un fuerte recuerdo del miedo en la memoria nos transformamos en esclavos de ese recuerdo. Reaparece ante cualquier imprevisto para impedirnos alcanzar nuestras metas. No se trata del miedo lógico que sentimos ante un peligro racional sino de algo mucho peor. Recordamos un miedo que experimentamos en el pasado y nos bloqueamos ante cualquier cosa que nos lo recuerde, aunque no exista peligro alguno.

Nada produce más miedo, terror incluso, que la derrota y el fracaso. Por eso muchas personas se bloquean ante cualquier reto que la vida les presenta, porque lo asocian con uno de sus terrores sufridos de forma más angustiosa: el miedo al fracaso.

Todos hemos visto alguna vez a los elefantes en el circo con una de sus patas encadenada a una pequeña estaca. Son enormes, fuertes y resistentes, pero no hacen nada por desprenderse de sus cadenas. ¿Acaso no podrían soltarse usando toda su fuerza? Por supuesto. ¡Estamos hablando de una pequeña estaca! Así que un elefante podría liberarse de eso y más. Pero algo ocurrió en el pasado.

Siendo aún muy pequeño el elefante fue encadenado a esa estaca. Durante días y días luchó por liberarse pero no podía, era aún muy joven. Se removía con fuerza pero sus esfuerzos eran inútiles. Un día el elefante se rindió, aceptó la mentira de que nunca podría liberarse y no volvió a intentarlo.

El elefante conserva la memoria de sus fracasos y, cuando los recuerda, siente un miedo paralizante que le impide luchar.

Mi amigo David Shön Núñez Rossi no deja de impresionarme. Sigue perfeccionando su número de trapecio con sólo 15 años. Sé que llegará lejos en el mundo del circo, tiene la osadía y la disciplina que hacen falta.

Se lanza al vacío como si volara, se sostiene solamente por los pies y luego desciende a la pista con una sonrisa. Cuando veo lo que es capaz de hacer y cómo lo hace, me acuerdo de Tutu, el Lama y la amígdala.

David está en su papel: es una estrella del circo. Sale a la pista concentrado, consciente que una vez más podrá lograrlo y, entre fuerte aplausos, día a día lo consigue.

Podemos vencer al miedo paralizante, encontrar felicidad en los retos de la vida y hacer más felices a los que nos rodean, si antes que nada nos concentramos y derrotamos a nuestros enemigos interiores.

Lo demás, y no es broma, es pan comido.

            

sábado, 5 de noviembre de 2011

"No nos votes"

Me ha ocurrido en más de una ocasión.

Guardo en mi escritorio la papeleta de voto a Convergència i Unió esperando el día de las votaciones para depositarla en la urna; y de pronto, inesperadamente, se cuela en mi casa el señor Duran i Lleida y me roba la papeleta.

A veces lo hace desde la radio, diciendo cosas bien feas sobre mis amigos emigrantes: que sobran aquí, que no caben en nuestro país... Otras veces se introduce a través de la televisión, insinuando que mis amigos homosexuales harían bien en visitar a un médico.

También ocurre que a veces Duran entra en mi casa desde el ordenador, proclamando que mis amigos andaluces se gastan el dinero de mis impuestos en el bar y viven sin trabajar.

Entra en mi hogar desde las portada del periódico regañando a las víctimas de ETA, a los dirigentes eclesiales que no comulgan con su nacionalismo, etc. Suma y sigue.

El caso es que se lleva mi papeleta y sale corriendo.

Tengo en Convergència a muchas personas que aprecio y respeto, soy liberal y quisiera votar a una opción que represente mis valores e ideas. ¿Es que nadie se da cuenta de lo que está haciendo Duran?

¿Para qué quiere él mi papeleta? ¿Para entrar por la ventana de mi vecino y dar el cambiazo, sustituyendo su papeleta del PP o de PxC por la que a mí me ha robado?

Me gustaría que en Convergència comprendiesen que cada vez que eligen al señor Duran como candidato muchos lo entendemos como un desprecio a nuestro voto. Una invitación a no votarles.