viernes, 2 de septiembre de 2011

Tormentas



Hace diez años pasé doce días maravillosos en México. Quedé impresionado por la belleza del país, la riqueza de su cultura, el carácter de sus habitantes... En fin, no quiero resultar tópico, pero soy desde entonces un gran fan de México.

Ahora bien, hubo una cosa en México que me sorprendió no tan gratamente, viniendo yo de un clima mediterráneo: sus tormentas. Copiosas o escasas, duraderas o fugaces, cada día al caer la tarde nos caía también una nueva tormenta.

No hay forma de evitar las tormentas de la vida, pero puedes refugiarte. Recuerdo cómo corríamos a refugiarnos en Ciudad de México y por azares del destino acabamos en un palacio, el de las Bellas Artes. ¡Qué maravilloso refugio!

En medio de las tormentas de la vida puedes refugiarte en Jesús y descubrir su belleza. Gracias a Garth Hewitt y a Daniel Bonnell por recordárnoslo.

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