domingo, 8 de abril de 2012

Ego pro te haec passus sum - Tu vero, quid fecisti pro me?

Pascua de Resurrección. Jesús ha muerto para salvarnos y ahora Dios lo levanta de los muertos y lo eleva a los cielos. ¿Es ésa su recompensa?

No. La felicidad de Jesús es que los seres humanos se salven.

Muchos predican un Evangelio que hace más agradable el caminar por la vida. Otros hablan de evitar en el más allá los rigores del infierno.

El impulso para compartir ese Evangelio es demasiado débil, tiene poco alcance.

Puedes desear la felicidad aquí y en el más allá para tus seres queridos, para aquéllos que te caen bien, pero ¿y qué hay de aquéllos que te han perjudicado o los que perseveran en el pecado?

Hay un impulso mayor que ahorrarles a otros las miserias y es hacer feliz a Jesús. Él ama a los que tú no eres capaz de amar.

La felicidad de Jesús es la salvación de los hombres. Él sufrió mucho para conseguir la tuya. Ahora tú puedes hacer algo por Él y es compartir el Evangelio de Salvación y Vida Eterna con todo tu prójimo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario