viernes, 16 de enero de 2015

Cuando el profesor es un payaso

He vuelto a clase (aunque en realidad nunca me marché del todo, pues antes era alumno y ahora soy el profesor...)

Pero esta vez he vuelto a clase como un alumno más, dispuesto a asistir a un taller bien especial, impartido por un profesor muy particular..

No, no se trataba de un máster en pedagogía ni un cursillo de reciclaje.

Tampoco el profesor ostentaba cátedra alguna en ningún centro universitario de élite, ni estaba en posesión de ningún diploma que le acreditase como couching..

Se trataba de un taller práctico, dirigido a los miembros de nuestra agrupación scout e impartido por -atención- ... ¡un payaso!

Sí, lees bien: un payaso. ¡Y menudo payaso, Dios mío!

Todo un señor payaso de los pies a la cabeza: Don Tintín Campa.

No tomé notas, pero de memoria puedo recordar al menos cinco cosas que aprendí de Tintín:

1. El respeto al otro es la base para reír y convivir.

2. No es lo mismo burlarse que reírse.

3. Es más fácil y tentador hacer llorar y causar dolor que hacer reír y ser terapéuticos.

4. Todos podemos hacer algo para mitigar el dolor y poner una sonrisa en el rostro de nuestro prójimo.

5. Hagamos lo que hagamos, nunca comprometamos nuestra dignidad.

Aún estoy meditando si nombrar a este hombre Ministro de Educación o Ministro de Sanidad...

Lo que sí sé es que con más clases como éstas y más personas como Tintín, el mundo sería un lugar mejor para todos.

¡Olé su arte, maestro!

Gracias de corazón Tintín.






No hay comentarios:

Publicar un comentario