Para conocer un poco de qué estamos hablando, aquí está el vídeo de ¡En marcha!, el movimiento que acaba de echar a andar.
Un liberalismo que no tuviera como centro al ser humano no sería más que otra ideología al servicio de intereses particulares. No importa si los intereses son de los privilegiados o si son intereses "de clase". Vemos hoy en día cómo el fenómeno de la corrupción no hace distinciones entre quienes desean usar el poder para conservar prebendas o para alcanzarlas.
Quizás por eso Macron se muestra dispuesto también a sumar a su proyecto a personas procedentes de la derecha, porque para él distinciones como "derecha" e "izquierda" ya han quedado obsoletas.
Una sociedad bloqueada a través del control de los instrumentos de poder estatal es una sociedad profundamente injusta. Es necesario poner las energías del ser humano, de la sociedad en su conjunto, en marcha, para dar como diría Ulpiano, "a cada uno lo suyo".
Bon courage, Emmanuel!
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