Mañana es 18 de julio, ochenta años desde el inicio de nuestra guerra. Una locura que describió muy bien Julián Besteiro en un testimonio de sinceridad: “No puedo hablar porque no me consentirían decir lo que siento y pienso, a saber: que los españoles nos estamos asesinando de una manera estúpida, por unos motivos todavía más estúpidos y criminales” (El Socialista, 1938)
Una estúpida tragedia en la que la mayoría participó por simples motivos geográficos, reclutados forzosamente, y manipulados por minorías fanatizadas o interesadas egoístamente en una victoria a toda costa:«En los primeros meses del conflicto, unas 120.000 personas se presentaron voluntarias para luchar por la República. Al final de la guerra y tras las levas eran 1.700. 000 hombres. Los nacionales, por su parte, reunieron en el verano de 1936 a unos 100.000 voluntarios. En abril de 1939 eran 1.260.000 hombres». James Matthews, «Soldados a la fuerza. Reclutamiento obligatorio durante la Guerra Civil. 1936-1939» (Alianza Editorial)
Casos ejemplares de resistencia a la manipulación hubo muchos. Un ejemplo de ellos: el político moderado Luis Lucia. El mismo día de inicio de la guerra escribe este telegrama: "Madrid. Ministro Gobernación. Como ex ministro de la República, como jefe de la Derecha Regional Valenciana, como diputado y como español, levanto en esta hora grave mi corazón por encima de todas las diferencias políticas para ponerme al lado de la autoridad que es, frente a la violencia y la rebeldía, la encarnación de la República y la Patria. Luis Lucia."
Al poco, es detenido por sus propios compañeros republicanos y pasa toda la guerra incivil en la cárcel Modelo de Barcelona. Los franquistas al acabar la guerra lo condenan a muerte y sigue en la misma prisión en cadena perpetua. Al salir, poco antes de su muerte por un cáncer terminal, escribió: «Entré en la cárcel por no querer odiar y de la cárcel he salido, después de casi seis años, y pese a todo, sin haber aprendido a odiar».
No hay nada que celebrar en el recuerdo de una guerra, salvo casos como éstos de resistencia al odio.
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