jueves, 20 de octubre de 2016

Bienvenidos Lliures

La campaña electoral de 1870 era muy reñida en Inglaterra. Los dos principales candidatos, Gladstone y Disraeli, se disputaban cada voto. En los últimos días de campaña ocurrió un hecho curioso: los dos candidatos cenaron sucesivamente con una misma señorita. Los periodistas estaban ansiosos por saber cuál de ellos se había ganado el voto y la confianza de la joven. Ante sus preguntas, la muchacha contestó que tras cenar con Gladstone había llegado a la conclusión que había cenado con el hombre más inteligente de Inglaterra. Pero que después de cenar con Disraeli salió con una convicción muy diferente; la impresión que ella era la mujer más inteligente de Inglaterra.

En la sociedad catalana y española cada vez se extiende más la tendencia de impresionar a los clientes potenciales. Se elabora un discurso para los convencidos. Desaparece el diálogo, la capacidad de escucha. Se hace política para los tuyos, incluso se dramatizan los gestos para convencer a los propios que el liderazgo de sus ideas está bien representado. Todos firmes en su trinchera.

Esta política deja a la otra mitad del país aislada, desconectada. No se buscan puentes, pactos o acuerdos, sino imponerse aunque sea por la mínima. Así, los perdedores se desentienden del destino del país o mantienen una permanente actitud hostil hasta que llegue el momento de la victoria de "los suyos".

Esta política de tensar la cuerda y de estirar desde los extremos alimenta el populismo, el extremismo trasnochado y el enfrentamiento. O independencia o caos. O cambio de sistema o caos. O seguimos nosotros o el caos. Y así, suma y sigue.

Me gusta el concepto que Disraeli tenía de su "One Nation". Sí, puede parecer paternalista, pero la idea que todas las partes de la nación tienen contraídas obligaciones con las otras partes y que deben interactuar juntos me parece muy necesaria. De la misma forma que la capacidad de escucha. Los políticos deben escuchar a todos y dar el respeto y valor que se merecen a todas las opiniones. Cada ciudadano tiene algo que aportar. No es posible construir un país sin escuchar a la otra mitad, haciendo como si no existiera. Por eso doy la bienvenida a un movimiento como Lliures (http://www.movimentlliures.cat), que se aleja de maximalismos, agitación y propaganda, para reivindicar la política como el arte de gobernar en diálogo permanente con una sociedad a la que pretendemos virtuosa.



"La Naturaleza nos ha dado dos orejas pero una sola lengua" - Benjamin Disraeli



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