miércoles, 29 de junio de 2011

Paz y Esperanza

Eran las 12.15 de la mañana del domingo. Si no me daba prisa, sería para mí imposible llegar a tiempo al servicio religioso de la tarde en Reus. La distancia entre Madrid, donde estaba asistiendo a la clausura del LI Sínodo de la Iglesia anglicana en España, y Reus son 600 kilómetros. El obispo Carlos me había dispensado de asistir al servicio completo, así que aproveché el momento de "la paz" para despedirme de todos y salir.

Mientras salía y me iba quitando los revestimientos litúrgicos, caminando velozmente hasta mi coche, me detuve para echar un último vistazo a la catedral anglicana de Madrid. No había podido escoger mejor momento. Una multitud de personas abrazándose, deseándose paz, sonriendo. No creo que haya mejor imagen del Sínodo que llevarse en la retina.

Los anglicanos españoles vivimos en paz y contagiamos paz; pero no la paz de los cementerios. La IERE es una Iglesia viva, integradora, en crecimiento. Está conviertiéndose en el hogar espiritual para muchas personas desencantadas que buscan un renacer de su fe y una comunidad en la que poder crecer con libertad.

No es éste el lugar para resumir los acuerdos del Sínodo, las deliberaciones, etc. Sólo dejar constancia que los cristianos anglicanos, en estos tiempos de crisis e incertidumbre, confusión y amargura, asumimos el reto. Estamos dispuestos a abrazar a nuestro prójimo y compartir nuestra esperanza, haciendo camino juntos tras las huellas de Jesús.



                                  

4 comentarios:

  1. Hace un gran trabajo por la Iglesia de Cristo, es un gran pastor que cuida del rebaño del Señor en La Tierra.Es todo un ejemplo de como tiene que ser un ministro del Señor.Gracias por el enorme trabajo que realiza.

    Un fuerte abrazo.

    Max

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  2. Gracias por tus palabras Max y por tu amistad. Son dos cosas que valoro mucho. Un abrazo bien fuerte!
    Rafa

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  3. Me toca lo de "el hogar espiritual para muchas personas desencantadas que buscan un renacer de su fe y una comunidad en la que poder crecer con libertad". Y añado, aunque no haga falta: un lugar donde se hable de Dios y se predique a Cristo. Porque, y no es broma o ironía, lo difícil es ir a una iglesia cristiana de la denominación mayoritaria y escuchar tales cosas, y no digamos ya leerlo en un medio. Y que conste que no soy un sectario, pero nos encontramos con: justicia social, política legislativa y gubernamental, sexo y prácticas sexuales, biociencias, dinero, nacionalismo españolista, nacionalismo catalanista, y sobre todo, peripecias de la propia estructura organizativa. Y yo, tonto de mi, sólo pido que me prediquen a Cristo Resucitado. Si puede ser, por favor.

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