jueves, 11 de abril de 2013

No hay novedad, señora baronesa

La baronesa Thatcher fue un personaje controvertido. 

Para muchos liberales-conservadores fue una gran Primer Ministro británica y una inspiración para la victoria de las derechas en todo el mundo occidental.

No resto méritos a sus intuiciones sobre el valor de la liberalización económica. Tampoco a su lucha contra el totalitarismo soviético.

Sin embargo, creo que su principal legado es nefasto. Ella consiguió convencer a muchos que se podía gobernar prescindiendo de los pobres. ¿Por qué? Porque se podían ganar elecciones sin contar con ellos. Tras décadas de Estado benefactor, ya no había tantos pobres y además muchos de ellos ni siquiera votaban...

En un principio esta estrategia fue seguida por los conservadores pero pronto la adoptaron también sus odiados contrincantes socialistas. Ignorar a los pobres, sin escrúpulo alguno, sin un paso atrás, como si no existieran.

Han pasado treinta años. Ahora mismo en occidente tenemos más pobres que nunca, en buena medida como consecuencia de décadas de ignorar sus deseos y necesidades. 

Señora baronesa, en menudo lío nos metiste a todos. 

Que Dios haya acogido a Margaret en Su gloria y haya abierto sus ojos (Isaías 35: 5).



No hay comentarios:

Publicar un comentario