martes, 17 de junio de 2014

Al cuello

Me gusta mucho Farley Granger, fue un gran actor. Tal vez no fue una gran estrella pero sí un gran actor. Una de sus películas más emblemáticas fue La Soga, una historia muy al gusto de Hitchcock.

Dos estudiantes pretenden mostrar su superioridad intelectual cometiendo un crimen (estrangulando a un compañero) y escondiendo el cadaver en un arcón sobre el que celebrarán una cena, a la que invitarán a la familia del fallecido y a su profesor de la Universidad.

¿Se imaginan el resultado, verdad? La superioridad intelectual no fue suficiente para ocultar el crimen, para ocultar al muerto. Los delincuentes son descubiertos y probablemente les espere la horca. Ahora la soga va a estar sobre sus cuellos.

Pienso en esta película cuando contemplo la incapacidad histórica del liberalismo por articularse mínimamente en España. Creo que hay mucho de pretendida superioridad intelectual entre las causas de esta situación.

Esa superioridad intelectual no hace ascos a cenar sobre un cadaver, el cadaver del propio liberalismo, si eso refuerza el argumento de su superioridad: "España no nos comprende, por eso tenemos la razón".

A eso se le llama echarse la soga al cuello.


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