viernes, 6 de junio de 2014

Dicho y hecho

Este domingo una gran parte del mundo cristiano celebra Pentecostés. El relato que aparece en la Biblia sobre esa fecha que conmemoramos incluye un hecho excepcional: los discípulos de Jesús empezaron a hablar en nuevas lenguas y todos les entendían, cada cual les oía hablar en su propio idioma.

Esta semana hemos tenido la oportunidad de conocer a Desmond Tutu. Con un grupito de anglicanos catalanes celebramos un encuentro con él y tuvimos un tiempo de oración. La agrupación scout de Reus le puso una pañoleta del grupo y entonces le pedimos su bendición sobre los muchachos scouts.

Yo creí que daría su bendición en inglés y que sería cosa de cinco segundos: "God bless you! Peace be with you", o algo similar. Pero no. Se levantó de su asiento con la ayuda de su bastón y empezó a hablar en xhosa, su lengua materna. Es un idioma muy especial, pues incluye unos característicos chasquidos con los que se pronuncian ciertas consonantes (también llamados "sonidos de caballito").

La bendición fue larga. Tutu consiguió crear un ambiente electrizante mientras todos teníamos la cabeza inclinada y escuchábamos esos sonidos extraños, ese lenguaje que parecía llegar directamente del corazón de África, del orígen de los tiempos...

Evidentemente los muchachos no podrían traducir lo que dijo (ni yo tampoco). Pero todos salimos de allí seguros de lo que Tutu había dicho y hecho. Nos había puesto en contacto con Dios y todos lo habíamos entendido. 



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