domingo, 29 de noviembre de 2015

Un mañana más humano

"Valle-Inclán" es un foro de diálogo y opinión surgido en el carlismo progresista de las comarcas de Tarragona. El pasado viernes el doctor Santi Castellá, jurista y destacado intelectual, fue el invitado especial para hablar sobre el federalismo.

Como en muchas actividades de este tipo, se acabó por charlar sobre todo lo divino y lo humano. Me quedo con dos grandes ideas. La primera, cuando Santi explicó su itinerario ideológico desde posiciones maximalistas hasta su actual defensa del pluralismo. Creo que entre la audiencia, los procedentes del carlismo y de edad más avanzada se sintieron identificados con esta evolución. Porque en ambos casos se trata de una evolución que no se ha construido desde el cinismo o la amargura, ni desde el estar "de vuelta de todo"; es una evolución que ha conservado intacto el idealismo de pretender un mundo más humano.

Y ésta es la segunda gran idea. Las bases del consenso y la colaboración entre personas procedentes de tradiciones antaño enfrentadas se encuentran en el humanismo. Los diferentes idealismos de los siglos XIX y XX resultaron perjudiciales para la libertad e igualdad de las personas cuando olvidaron el valor absoluto de todo ser humano y su trascendencia. Desde Europa es posible reclamar esa fraternidad humana, ese nuevo humanismo, porque está en los genes de nuestra reflexión como sociedades abiertas; ahí es donde confluye todo pensamiento crítico, que ya ha detectado los claroscuros de su tradición, y nos pone en guardia frente a las actitudes deshumanizantes.

Me gustó mucho ver cómo el carlismo sigue funcionando como espacio para la reflexión comunitaria y cómo mi viejo amigo Santi sigue siendo, además de muchas otras cosas, un gran pedagogo. También me vinieron recuerdos entrañables de mis lecturas juveniles al hilo del discurso, y recordé la rotunda frase de Charles Péguy: "la revolución será personalista o no será".


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