jueves, 17 de diciembre de 2015

No hay color

Acaba la campaña electoral y no puedo recordar campaña anterior en la que los grandes líderes me fueran menos simpáticos. 

Todos me parecen personajes huyendo de si mismos. 

Mariano Rajoy huyendo de sus recortes, de su IVA y de su corrupción. Pedro Sánchez huyendo de la herencia y la sombra del talante de Zapatero. Albert Rivera huyendo de su nacionalismo español trasnochado y de sus amigos de la caverna. Pablo Iglesias huyendo de la distopía venezolana y del mal trago griego,..

Cobran así valor a mis ojos quienes han hecho de esta campaña un erre que erre. En contra de quienes ven en las convicciones algo caduco y creen fresco y atractivo todo lifting, me molan los recalcitrantes. 

Ese Alberto Garzón, comunista, clamando en su Andalucía natal: "¡Levantaos contra la oligarquía!". 

Ese Duran i Lleida, adalid socialcristiano del realismo y la moderación, proclamando que "no vamos a utilizar los sentimientos, aunque eso nos haga perder votos. Para que la gente pueda decidir necesita la verdad (...) nosotros defendemos el espíritu de concordia".

O Francesc Homs, independentista a ultranza, resolviendo todo problema desde su innegociable premisa: "El problema estructural se resuelve teniendo un Estado propio".

Auténticos frente a travestidos. Comunistas, moderados e independentistas, frente a quienes abusan del maquillaje y del botox. 

Al menos para mí, no hay color.

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