lunes, 10 de enero de 2011

"You talkin' to me?"

Nada más regresar de USA abro los periódicos y leo la noticia del tiroteo de Tucson. De nuevo un ciudadano aparentemente en sus cabales se obsesiona contra un representante político (no quiso contestarle a una pregunta en un acto público) y acaba provocando una masacre. Seis muertos, entre ellos una niña de 9 años.

Confieso que no llego a entender las medidas de seguridad, las alertas naranjas ni nada de lo que envuelve la obsesión por la seguridad norteamericana.

Continental Airlines me retuvo en el aeropuerto, en un control aleatorio de seguridad, durante una hora y media; separándome de mi familia y obligándome a entrar sin ellos en el avión, escoltado por vigilantes armados y acompañado por otros cinco ciudadanos igualmente perplejos, víctimas como yo de la aleatoriedad de un ordenador y de la obsesión por el enemigo exterior.

Cuando estuve visitando, ya hace años, el Oklahoma City National Memorial (escenario de otra tragedia, la explosión de un camión bomba que causó la muerte a 168 personas) había toda una sección del museo dedicada a "Lecciones aprendidas". Hablaban de cómo gestionar una crisis médica, cómo dar consejo a las víctimas, la forma en la que la policía llegó a detener al terrorista (otro aparentemente "buen ciudadano" americano)...

Pero no vi nada que hablase de cómo defenderse del enemigo interior. Los escaners en los aeropuertos no evitarán que más Travis Bickles (el protagonista de Taxi Driver) se lancen a las calles en busca de su propio sentido de la justicia. Hacen falta otras medidas.

Sentado en un corto trayecto en transporte público en Dallas se me acercó un veterano de Afganistán y empezó a hablarme sobre su infancia, mostrándome fotos de cuando tenía 8 años. Me explicó la película de televisión que había visto la noche anterior, la mejor forma de hacerse un piercing, etc. Decir que parecía trastornado sería demasiado obvio. Sí, daba miedo; pero entrar en alguna de las muchas Iglesias furibundamente fundamentalistas de USA y ver un panel donde te explican que la Constitución norteamericana es demasiado liberal también hiela la sangre.

Algo anda mal en el corazón de América y es algo más grave que un exceso de colesterol.


2 comentarios:

  1. <>
    Es la verdad: me hiela la sangre a mi tambien ... Y tengo amigos y amigas Estadunidenses.

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  2. Abundando en lo que comento en mi entrada del blog, ahora resulta que vamos a empezar a defendernos de seres que tal vez ni siquiera existen:
    http://www.lavanguardia.es/ciencia/20110111/54100503318/cientificos-britanicos-piden-a-la-onu-un-plan-mundial-ante-una-invasion-violenta-de-alienigenas.html
    Me recuerda al título de una película: "El mundo está loco, loco, loco".
    ¿Y los problemas reales, para cuando habrán de esperar?

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