lunes, 17 de enero de 2011

Alzando la mirada

He acabado de leer Los Pilares de la Tierra, de Ken Follet, una obra sobre la construcción de una catedral gótica en la Inglaterra medieval. Las estadísticas sobre este libro son impresionantes: uno de cada ocho españoles lo ha comprado y también uno de cada sesenta habitantes del planeta. ¡Alucinante!

Claro que no es literatura de vanguardia, pero el libro apunta en la misma dirección que las catedrales: a lo alto, más allá (aún siendo Follet ateo confeso). Tras describir existencias cotidianas con sus miserias y sus glorias, culmina con la gran catedral por fin consagrada y radiante en su esplendor.

Como es un libro muy voluminoso he tardado bastante tiempo en leerlo. Sus personajes me han acompañado en varios meses de mi vida, compartiendo yo también con ellos mis glorias y mis miserias.

Ahora que lo he acabado no dejo de pensar en ese más allá al que apuntan las catedrales, esa vida trascendente que envuelve nuestra vida cotidiana y le da sentido.

Cuando el ser humano ha puesto su vista en el horizonte o ha alzado la mirada al cielo, su vida se ha dignificado. Telescopios, microscopios y brújulas nos han llevado a romper fronteras y a humanizar nuestra existencia.

Las catedrales son un monumento a la grandeza del hombre que las ha construído y a la grandeza de Dios, quien ha puesto en nosotros esa inquietud por la trascendencia.

¡Qué pena cuando el ser humano sólo mira el polvo de sus zapatos!

1 comentario:

  1. Hablando de catedrales, ayer estuve participando en un acto ecuménico en la catedral de Barcelona. Aquí están las fotos, fue una celebración sencilla pero solemne y emotiva:

    http://www.facebook.com/album.php?aid=2103924&id=1280736653

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