Los anglicanos españoles vivimos en paz y contagiamos paz; pero no la paz de los cementerios. La IERE es una Iglesia viva, integradora, en crecimiento. Está conviertiéndose en el hogar espiritual para muchas personas desencantadas que buscan un renacer de su fe y una comunidad en la que poder crecer con libertad.
No es éste el lugar para resumir los acuerdos del Sínodo, las deliberaciones, etc. Sólo dejar constancia que los cristianos anglicanos, en estos tiempos de crisis e incertidumbre, confusión y amargura, asumimos el reto. Estamos dispuestos a abrazar a nuestro prójimo y compartir nuestra esperanza, haciendo camino juntos tras las huellas de Jesús.