sábado, 22 de octubre de 2011

La razón de la fuerza

Al día siguiente de la visita sorpresa de Hillary Clinton a Libia, Gadafi es asesinado aparentemente por fuerzas rebeldes. La señora Clinton había sido clara: "lo queremos vivo o muerto".

En el mes de marzo yo me lamentaba en este blog de cómo occidente había escondido la cabeza ante los crímenes de Gadafi durante 40 años. 

¿Fuimos sus cómplices y ahora lo linchamos, a él y a su familia?

Hasta este mismo año, todos los líderes occidentales se hacían fotos con Gadafi...

¿Despertó de pronto la conciencia dormida de esos líderes y es por eso que la OTAN y USA atacaron Libia en apoyo de los rebeldes?

No parece ser ésa la explicación.

En Túnez, cuando el ejército lo dijo al presidente que se marchase, se marchó. Los militares tomaron el mando.

En Egipto, cuando el ejército le dijo a Mubarak que se marchase, se marchó. Los militares tomaron el mando también.

El ejército libio es pequeño (apenas 50.000 soldados) y sin entrenamiento. Gadafi lo mantuvo deliberadamente débil para evitar un golpe militar. Él se apoyaba en su carisma, la temida Seguridad interna y los equilibrios tribales.

Cuando las protestas en la calle comenzaron, no había un ejército que pudiera alejar a Gadafi del gobierno y tomar el mando. Libia podía convertirse en foco constante de conflicto interno, estábamos ante una revolución no tutelada, de final incierto.

Había que buscar pues un ejército que tomara el mando y recondujera todo aquello.

Así que se armó a la guerrilla y la propia OTAN y el Ejército USA se plantaron en suelo libio. Ellos serían el ejército que tutelase el proceso y tomara el mando.

La brutalidad de las imágenes de la ejecución de Gadafi es la brutalidad de toda guerra. Él ha sido verdugo y víctima en la invariable victoria de la razón de la fuerza.

Nada nuevo bajo el sol.


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