viernes, 18 de enero de 2013

Urgencia del regeneracionismo

Joaquín Costa fracasó en su proyecto regeneracionista en el paso del siglo XIX al siglo XX, pero nos dejó testimonio escrito de sus batallas.

Leer hoy en día Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España (1901) es leer una pieza de actualidad. 

Pero no es sólo Costa, es que todo el movimiento regeneracionista parece escribir pensando en la España de hoy. 

Hablando del caciquismo, Azcárate lo define como: "Feudalismo de un nuevo género, cien veces más repugnante que el feudalismo guerrero de la Edad Media, y por virtud del cual se esconde bajo el ropaje del Gobierno representativo una oligarquía mezquina, hipócrita y bastarda..."

Un sistema que para Azcárate tiene su máxima expresión en la contradicción "entre la teoría y la práctica, puesto que aquélla proclama que el régimen parlamentario tiene por fin el gobierno del país por el país, y luego ésta pone de manifiesto que la suerte de un pueblo está pendiente de la voluntad del jefe de una parcialidad política, o cuando más, de una oligarquía de notables" (El régimen parlamentario en la práctica, 1885)

El fracaso del regeneracionismo a fines del siglo XIX nos condenó a un siglo de atraso, guerracivilismo, dictaduras y corrupción. Ahora no nos podemos permitir repetir la misma historia, Urge regenerar el sistema, en palabras del propio Costa, a partir de "un nuevo liberalismo que acometa con decisión la obra urgente de extirpar de nuestro suelo la oligarquía, como condición necesaria para que pueda aclimatarse en él un régimen europeo de libertad y de selfgovernment, de gobierno del país por el país".





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