El humor es un ingrediente básico de la vida.
Los dictadores no tienen ningún sentido del humor. El pensamiento totalitario se arroga siempre una gravedad forzada.
El liberalismo sin embargo sabe relativizar esa gravedad y hacer de la vida una experiencia plenamente humana.
Un par de anécdotas divertidas de Bob Hope, uno de los mayores cómicos del siglo XX.
Bob fue invitado a un evento cristiano. El ministro que lo presentaba, para crear ambiente, contó hasta ocho chistes seguidos. Cuando por fin Hope consiguió agarrar el micrófono, miró muy serio a la concurrencia y dijo: "Y ahora, recemos". Tras la gran carcajada, comenzó uno de sus shows memorables.
La que puede considerarse su última anécdota cómica se produjo momentos antes de su muerte. Bob Hope murió con cien años y una mente todavía lúcida. En su lecho de muerte, sus familiares se acercaron y le preguntaron: "¿Qué quieres que hagamos? ¿Te enterramos o te incineramos?" Hope contestó: "¡Sorprendedme!".
Mantén esa sonrisa y deja que la amargura siga envenenando a los tiranos.
No sé si le sorprenderían, pero se lo trabajaron.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=YEgKmweDwrg
:-) Depositaron sus restos provisionalmente en una cripta y luego construyeron el mausoleo familiar: http://capitalregion.ynn.com/content/headlines/49936/funeral-held-for-bob-hope/
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ResponderEliminarUno que se descargaba dos huevos frito por internet
http://youtu.be/xZdw1AjEF-Y
¡que aproveche!