Evidentemente, nunca cobró por salir de fiesta; al contrario, era conocida por su generosidad invitando a rondas y recompensando generosamente a los improvisados taxistas que la devolvían a casa. Muchos ciudadanos anónimos pueden dar de fe de ello, pues tuvieron el privilegio de conocerla.
Me acuerdo de Ava cuando encuentro en la red fotos de mis alumnos en discotecas y veo los carteles que les han llevado allí: "Miriam. Gran Hermano 14", "Discoteca Oficial Gran Hermano. Dayron, el concursante más bello de la casa", "Ferchu. El tronista más deseado. Mujeres y hombres y viceversa"...
Hoy la gente paga por encontrarse con un "famos@". Y el "famoso" cobra, al menos lo suficiente para hacerse un nuevo implante.
Ser "famoso" se ha convertido en una profesión cuyo rasgo principal es el "exhibicionismo no gratuito".
¿Qué ha ocurrido con el Glamour? ¿Han muerto para siempre las Estrellas, enterradas por la Vulgaridad ?
No hay comentarios:
Publicar un comentario