lunes, 15 de septiembre de 2014

Agua y parchís, mezcla explosiva

La noticia tiene miga: "Multan a ocho jóvenes que jugaban al parchís de madrugada en una plaza". 

Te invito a que la leas porque es alucinante: http://www.malagahoy.es/article/malaga/1855591/multan/ocho/jovenes/jugaban/parchis/madrugada/una/plaza.html 

Algo le pasa al ser humano que siente la urgencia de ser poderoso o al menos de ser percibido como tal. Lo he notado muchas veces en el trato con la Administración: quien menos importancia tiene, quien está en un rango inferior en el escalafón administrativo, es quien más dificultades pone cuando hay que ir a hacer una gestión. Existe el deseo profundo de mostrar quién manda, de encontrar la oportunidad para dejar de ser un don nadie y ser al menos alguien (alguien poderoso) ante otros (sean quienes sean). 

Supongo que los policías malagueños regresarían esa noche a su casa con su ego bien hinchado después de tamaña redada...

El humor es buena medicina para muchas enfermedades, también para ésta del engreimiento. 

Una de las posesiones más preciadas de Jerry Lewis, el gran cómico americano, es una placa que le regaló Jack Kennedy en la que se lee: "Hay tres cosas verdaderas: Dios, la estupidez humana y la risa. Como las dos primeras están fuera de nuestra comprensión, debemos hacer lo mejor que podamos con la tercera".

Dejemos a esos policías malagueños que se hinchen con su propia estupidez y ocupémonos de lo importante; riamos un rato con el bueno de Jerry.


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