lunes, 13 de octubre de 2014

Verdadera humanidad


Estuve en el Parlament contemplando la semana pasada a dos tipos de personas muy diferentes: políticos y artistas. 

Fui convocado para informar a la Comisión que está estudiando si prohibir o bien regular el circo clásico (con animales) en Catalunya.

Inevitablemente, durante la sesión los artistas tuvieron que hablar de política, aunque no sea lo suyo. Y los políticos tuvieron que hablar de arte... que definitivamente no es lo suyo. 

Me vino a la mente enseguida la frase de William Burroughs: "Los artistas son los verdaderos arquitectos del cambio y no los políticos o legisladores que aplican el cambio luego de que sucedió".

No quedan domadores de bigotes retorcidos y corazones retorcidos que maltraten hoy en día a sus animales en los circos catalanes. 

Incluso el cine tiene que ambientar sus tópicas historias de maltrato en el pasado, en los años veinte, porque una ambientación actual no tendría credibilidad.

Los artistas de circo han sido pioneros en proclamar la convivencia entre humanos y animales, algo que llevan practicando por generaciones pero que en nuestra sociedad sigue siendo revolucionario. 

No hay denuncia en tribunal alguno por maltrato animal en los circos que recorren Catalunya. La prohibición no tiene razón de ser;  más bien sería necesario escuchar a los artistas para conocer cómo hacer una buena regulación, pues nadie tiene más experiencia que ellos en garantizar el bienestar animal. 

Como Tortell Poltrona, el gran payaso catalán y universal, proclamó ante algunos de los políticos que desconocen por completo el mundo del circo: 

"Yo mismo soy un mamífero vertebrado omnívoro y me siento del mundo animal. ¿Con su prohibición significará que yo no podré entrar en el circo?"

Los artistas nos muestran el camino de nuestra verdadera humanidad a través de la convivencia con el resto de animales. 



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