Cuando era aún jovencito le pedí al expresidente Adolfo Suárez que me dedicase un ejemplar del Manifiesto del CDS, un partido político miembro de la Internacional Liberal, que llegó a tener el 10% de los votos en unas elecciones europeas. Bromeando, le dije: "A ver si nuestro Manifiesto se hace tan famoso como el Manifiesto Comunista". Su respuesta fue un tanto lacónica: "¡Ojalá!"
El Manifiesto no era muy liberal que digamos pero el CDS iniciaba en aquel momento una evolución hacia el pensamiento liberal, truncada al poco tiempo por decisiones estratégicas erráticas.
Hoy el CDS sólo es un recuerdo del pasado y seguimos instalados en un bipartidismo imperfecto, sin espacio para el liberalismo organizado. La legislación electoral dificulta la presentación de nuevos partidos (http://www.elmundo.es/elmundo/2011/08/22/espana/1314031043.html). Los liberales más irreductibles siguen organizados entorno al Partido de la Libertad (P-Lib) y ahí estoy yo con ellos. Pero no hay forma de arrancar si no podemos someternos a la voluntad popular y representar a nuestros potenciales votantes.
¿Qué se puede hacer?
¿Aguar el liberalismo con etiquetas como "liberalismo conservador"o "liberalismo social", echándonos en brazos de los partidos mayoritarios? ¿Unirnos a fuerzas nacionalistas territoriales como Convergència o a nacionalistas españoles como Ciudadanos o UPyD?
No quisiera yo morirme sin ver un partido liberal consolidado como fuerza política independiente en España. ¿No habrá muchas más personas que crean necesario algo así? En la Universidad, en las asociaciones, en la prensa, en los movimiento juveniles... ¿Qué tal si les invitamos a cantar con nosotros el bolero y redactamos un Manifiesto Liberal que empiece diciendo: "Queremos construir una alternativa política que sirva para garantizar el derecho de todos a la búsqueda de la felicidad"?
Ojalá!
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