jueves, 11 de agosto de 2011

Una de las dos Españas ha de helarte el corazón

Estoy muy decepcionado con la política social de la izquierda y la derecha. Concretamente, con el tratamiento en mi comunidad, Catalunya, de la Renta de Inserción Mínima (PIRMI).

La izquierda, acorde con su política de "Papá-Estado Todo Lo Puede", se dedicó a ir subvencionando y subsidiando alegremente a todo el mundo en tiempos de vacas gordas, desde productoras de cine hasta indigentes (con 900 euros mensuales!). Resultado: picaresca (vacaciones pagadas con el PIRMI) y falta de dinamización social.

La derecha, con la excusa de la picaresca de algunos y la necesidad de recortar debido a la crisis, ha frenado totalmente la concesión de nuevas ayudas y está dificultando el cobro de las ya concedidas. Resultado: las personas que van quedando excluídas del sistema se están quedando en la miseria, mientras los que gobiernan siguen con sus espaldas bien cubiertas y miran para otro lado, poniendo cara de dignos y responsables.

Desde la Iglesia estamos ayudando repartiendo alimentos, facilitando la búsqueda de empleo, acompañando a las familias en estos tiempo difíciles...

Y, digo yo:

Si yo sigo pagando los mismos impuestos (si no más) ayer y hoy: ¿a dónde se fue el dinero de mis impuestos que pagué ayer? y ¿porqué los impuestos que pago hoy no sirven para ayudar a quien lo necesita?

Yo no quiero que se subvencione el cine español, ni productos agrícolas que nadie quiere comprar.

Tampoco quiero que el Estado ahorre metiendo la tijera en la sanidad, la educación o las políticas sociales.

Quiero que con mi dinero se ayude a mi vecino de cincuenta años que lleva ya parado demasiado tiempo; porque él, su esposa y sus hijos empiezan a desesperar. ¿Saben lo que es eso los señores de la izquierda derrochadora y de la derecha egoísta?

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