lunes, 2 de julio de 2012

El mismo mar

El sábado por la noche atravesé el corazón de Madrid con mi grupo scout. Les llevaba al cine a ver una peli familiar. Para poder llegar, tuvimos que bregar con las multitudes que estaban viendo/participando en la marcha del Orgullo Gay. No llegamos a tiempo a la sesión prevista y tuvimos que buscar otro cine. Al regresar, entrada la madrugada, aún duraba la fiesta.

Ni me molesta ni me escandaliza ya casi nada, tampoco me estoy quejando del colapso del centro de Madrid (colapsado en tantas ocasiones por otras marchas provida, sindicales, etc.); lo que ocurre es que no entiendo esta marcha del Orgullo Gay y me gustaría comprenderla.

La Gran Vía me pareció más el escenario de un botellón grotesco que un espacio de autoafirmación o reivindicación de derechos.



Llevo toda mi vida como educador defendiendo la no discriminación de las personas LGTB, haciendo pedagogía del tema con los chavales, intentando conseguir avances para sus derechos en el interior de instituciones tan complejas como las Iglesias, etc. pero toda esa celebración exhibicionista y bullanguera me dejó bastante bloqueado. Creo que a los scouts, muchos de ellos alumnos míos, también se les quedó la cara a cuadros. 


"¿Y ahora qué les explico?"


Hoy, un par de días después, estoy ya recuperado del impacto. Supongo que una parte de la cultura popular gay es así y no puedo pretender entenderla. Así que esta noche me he puesto a escuchar a Charles Trenet.


Él fue gay e incluso en dos ocasiones sufrió la injusticia de estar preso por ello, en Francia y USA (dos países pretendidamente modernos y civilizados). Me encanta su alegría de vivir y también su melancolía. A él sí lo entiendo y eso me basta. No digo que él sea el gay bueno y los que hicieron de los portales de la Gran Vía un urinario sean los gais malos. Solamente digo que el mismo mar que acunó su corazón para la vida, como dice al final de su canción, acunó el mío. 


Señores, con ustedes... ¡Charles Trenet! (y ojalá seamos capaces de acabar con cualquier discriminación basada en la identidad sexual).







4 comentarios:

  1. Yo estoy de acuerdo con usted reverendo. A mí nunca me ha gustado la forma de celebración de celebración del Orgullo Gay. No me gusta ver gente disfrazada, gente desnuda por la calle... Veo que hace más daño, que provoca desconfianza en la población y se promueven estereotipos por culpa de algunos. Hay que decir que algunos de los participantes son gente poco respetuosa. La forma en que se hace no me gusta, y nunca participaría en algo así. Una manifestación y reivindicación de derechos, sí, pero así no. Da una forma de ver a sociedad de los homosexuales que no concuerda con la realidad. Hay mejores maneras de hacer, pero de esta manera no se consigue nada, más bien se hace un retroceso a todo lo logrado.

    Por culpa del Orgullo Gay hay gente que piensa que todos somos pervertidos, promiscuos, travestidos, afeminados o cualquier otro descalificativo.

    Por todo ello estoy de acuerdo con lo que dice reverendo.

    Y como ya lo he dicho, esto no lo comparto, porque no va conmigo esta forma de reivindicar derechos.

    El Orgullo Gay viene de que en Nueva York hubo una opresión de homosexuales hace unos treinta años. Hubo detenciones y malos tratos de la policía hacia los homosexuales por el mero hecho de ser homosexuales. Así que los homosexuales de Nueva York se movilizaron y reivindicaron sus derechos durante dos días. Desde entonces,se celebra el Orgullo Gay, para manifestarse. Hay que decir que nada tiene que ver el sentido y espíritu de la manifestación de hace 30 años con el antro que hay hoy día.

    Un fuerte abrazo.

    Max

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  2. Muchas gracias Max por tu comentario. Me da alegría saber que coincidimos; estos temas son siempre delicados, pero intento escribir con el corazón y explicar las impresiones que me causan las cosas que vivo. De verdad que me hace sentir muy bien saber que tú ves las cosas de un modo parecido. Un abrazo bien fuerte amigo!

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  3. Me desagradan estas exhibiciones del mismo modo que no me gustan exhibiciones semejantes de personas heterosexuales. La ostentación de testosterona, oriéntese a norte o a sur, tiene siempre algo de obsceno. Puede, sin embargo, ser comprensible en este caso, a causa de la represión que durante tantos años han sufrido los ciudadanos homosexuales; es lógico que haya una explosión de exhibición pública como revancha y compensación. Pero uno no puede dejar de pensar que detrás de la exhibición sexual pública hay siempre un componente comercial, siquiera sea éste la manifestación de la existencia de un mercado de consumidores de servicios. En todo caso, lo afronto siempre con ironía: cuando me preguntan qué pienso de la cuestión gay, digo que soy creyente pero no practicante.

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  4. Estoy contigo Gabriel, la mezcla entre tantos años de represión y el interés comercial es lo que están marcando el perfil de la celebración. Vamos a ver con los años qué evolución toma. Abrazos!

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