Falleció Florinda Chico (1926-2011), la gran actriz de revista, teatro, cine y televisión. Su prima Maruja estaba casada con un hermano de mi abuela.
Florinda era muy querida entre la profesión, pues siempre estaba dispuesta a ayudar a otros actores a encontrar trabajo, incluso ayudarles económicamente si hacía falta. Aunque para ella nunca pedía favores, sí era capaz de pedirlos para los demás.
Ya no quedan demasiados actores tan polivalentes, capaces de cultivar diferentes géneros y pisar tan distintos escenarios. Tampoco quedan muchas personas generosas que sepan ver en el otro siempre un compañero y nunca un competidor.
Los cómicos de la legua son una estirpe en extinción.
Desde los caminos de la España del siglo de oro, la Italia de la Comedia del Arte o la Francia de la revista, estos soñadores se aventuraron a una incertidumbre de aplauso diario y supervivencia solidaria.
Ahora que los últimos grandes ya nos van dejando, nos sigue admirando su entrega a nosotros, su público.
Como cumpliendo una promesa, los cómicos nos acompañan en nuestra alegría y su tristeza, en nuestra salud y su enfermedad, en nuestra riqueza y su pobreza.
Vaya como pequeño homenaje a Florinda y todos los cómicos esta cita del aria “Ponte el disfraz", de la ópera "Los payasos”:
“¡Actuar!... Mientras preso del delirio no sé ya lo que digo ni lo que hago! Y, sin embargo, es necesario... ¡Esfuérzate! ¡Bah! ¿Acaso eres tú un hombre? ¡Tú eres payaso! Ponte el disfraz y la cara enharinada. La gente paga y aquí quiere reír y si Arlequín te birla a Colombina, ¡ríe payaso y todos te aplaudirán! Muda en pantomimas la congoja y el llanto, en una mueca los sollozos y el dolor. ¡Ah!, ¡ríe payaso, sobre tu amor despedazado! ¡Ríe del dolor que te envenena el corazón!”.
Gracias Florinda por tantas sonrisas.
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