Dicen que Berlusconi sigue gobernando porque el italiano de a pie sabe reconocer que la alternativa de izquierdas es aún peor.
Los intereses de la Iglesia católica actúan como mordaza y evitan una posible crítica ética desde los púlpitos.
Votación tras votación, Berlusconi consigue burlar el control y la censura del Parlamento, mientras una Italia cansada recela de una nueva convocatoria a las urnas.
¿Dónde queda la Italia crítica, que luchó contra el fascismo, que fue capaz de convivir y domesticar a un organizadísimo Partido Comunista, la que en el país de la Contrarreforma preservó el carácter laico del Estado?
Ugo la Malfa (1903-1979) fue un verdadero caballero de la política, representante de esa Italia hoy añorada; nada que ver con Il Cavallieri de la chusca figura que dirige actualmente los destinos del país.
En el discurso de clausura del 33 Congreso de su partido (el histórico Partido Republicano) La Malfa dijo:
"No puedo ver la Italia que estaba soñando y esto sigue siendo una tarea que le espera a los jóvenes. Pero estoy convencido de que vamos a volver a situar a Italia entre las sociedades más avanzadas de Occidente: todavía hay un gran futuro para nuestro país."
¿Dónde están los Ugo La Malfa de hoy en día, que creen y luchan por una Italia moderna?
Sin ellos, Italia seguirá siendo poco más que el coto de caza de un viejo sátiro.
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