martes, 11 de diciembre de 2012

Educación Año Cero

Uno de los malos tragos más recurrentes de mi vida son las sesiones de evaluación. Consisten en reuniones de profesores para compartir las calificaciones que les han puesto a los alumnos y decidir modificaciones de última hora antes de imprimir los boletines de notas.

¿Ustedes han visto "12 hombres sin piedad"? Cada vez que tengo que asistir a una de esas reuniones me invade una sensación de "número 8", el personaje de Henry Fonda. En el juicio que hacemos a nuestros alumnos, veo más y más un juicio al propio sistema.

Sí, el sistema está obsoleto y falla. El sistema no es inocente. Los alumnos pasan más y más horas en la escuela y aprenden menos. Algo (quizás todo) falla.

¡Cuántas veces he tenido que escuchar tópicos como "todo lo que hacemos como profesores siempre es útil para el alumno, siempre sirve de algo"! O este hipócrita lamento, aún peor si cabe: "Nosotros no podemos cambiar el mundo"...

Creo que este sistema obsoleto perjudica en gran medida a los alumnos pero, no en menor grado, perjudica también a los profesores. Nos lleva a servirnos a nosotros mismos, a despersonalizarnos y a justificar como inevitables los peajes que pagamos para seguir haciendo rodar todo el engranaje.

Alvin y Heidi Toffler llevan años clamando por empezar de cero y repensar de qué estamos hablando cuando hablamos de educación. Les invito a escucharles y reflexionar sobre ello.


       

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