lunes, 26 de mayo de 2014

¡Sábana fuera!

Las elecciones europeas han significado un mal resultado para el avance de una sociedad abierta y liberal, de ciudadanos responsables y tolerantes. Los europeos hemos entregado parte de nuestra representación a fuerzas políticas muy alejadas del liberalismo. El fantasma del populismo recorre Europa.

Se trata de un populismo que indistintamente se posiciona a izquierda o derecha del espectro y que se alimenta del descontento. 

¿Qué van a a hacer los partidos políticos de raíz democrática para frenar a los nuevos fascismos, comunismos o nacionalismos xenófobos? 

Me temo que poco o nada bueno. Por inercia, las fuerzas políticas tradicionales acostumbran a inquietarse sobre todo por las pérdidas de votos; así que pueden caer en la tentación de intentar recuperar ese caudal de votos entregado en manos del populismo hablando el mismo lenguaje que sus oponentes. 

Las fuerzas humanistas de raíz cristiana, demócrata o socialista necesitan recuperar el coraje en la defensa de una sociedad liberal con igualdad de oportunidades para todos. No pueden traicionar aún más sus principios. 

Los que nos sentimos liberales tenemos que alentar esa recuperación de valores cívicos y de radicalidad democrática que los viejos partidos olvidaron por mero interés electoral o la práctica de corruptelas varias. 

Los electores no han otorgado confianza a una fuerza netamente liberal en España pero eso no significa que nuestra tarea sea a partir de ahora más pequeña o que no tengamos tarea. Al contrario, de los ciudadanos que creen en la libertad dependerá que las fuerzas democráticas recuperen impulso y el fantasma pierda su sábana. 



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