domingo, 19 de septiembre de 2010

Hasta Dios mantiene las distancias con los orgullosos

"Aunque el Señor está en lo alto, se fija en el hombre humilde y reconoce de lejos al orgulloso" (Salmo 138: 6)

Esta semana falleció una muchacha de mi generación, Montse López, después de un año y pico luchando contra el cáncer. Aprendí cosas de Montse, aunque no siempre las he aplicado, así que casi es como si no las hubiese aprendido. Ella era humilde y servía a los demás con alegría. Yo demasiadas veces he chocado con mi orgullo herido como obstáculo para servir con la misma generosidad que Montse lo hacía.
Montse, a ver si desde el cielo me echas una mano y aprendo a vivir siempre la vida con el mismo espíritu que tú tenías, el de Jesús de Nazaret.

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