sábado, 20 de octubre de 2012

El joven Winston

Me han invitado a dar un saludo en la campaña de una asociación de vecinos (Horts de Miró) contra la droga.

He aprovechado para recordar al gran Winston Churchill.

No sólo combatió el intento de imponer el Mal en el mundo, encarnado por el nazismo de Hitler.

Cuando era jovencito batalló contra la muy bienintencionada Laura Ormiston Chant, presidenta de la Liga de la Pureza Social.

Ella había conseguido el dudoso logro de cerrar los prostíbulos de Londres (llenando de paso las calles con prostitutas camufladas como vendedoras de flores) y ahora pretendía cerrar también las salas de fiestas.

Churchill, a sus 19 años, fue el primero en enrolarse en la Liga de Protección de la Diversión, con el propósito de parar los píes a la señora Laura y a los suyos.

¿Por qué lo hizo? Por amor a la Libertad.

Esa fue una de las constantes de la vida de Churchill. Se enfrentó a Hitler cuando pretendía imponer el Mal y se enfrentó a Laura Ormiston cuando pretendía imponer el Bien.

Nuestra sociedad occidental sigue existiendo porque hombres como Churchill fueron constantes en su pasión por la Libertad, desde su juventud hasta su ancianidad.


PD: Dicho sea de paso, la Libertad es una idea muy atractiva para los jóvenes. La lucha contra la droga no puede desarrollarse desde la imposición o el miedo. Los jóvenes se rebelan contra las imposiciones. La eficacia del cristianismo protestante en la erradicación de la drogadicción no se ha debido a que sea eficazmente represivo sino libremente proactivo (promoviendo el Bien de una vida saludable).


No hay comentarios:

Publicar un comentario