lunes, 1 de noviembre de 2010

Algo mejor, por favor (II)

Abundando en la idea de construir una alternativa al socialismo que no sabe sacarnos de la crisis y al conservadurismo que quiere recortar nuestros derechos, he estado leyendo el ensayo de Martin Rybicki titulado The Real Republicans: The Case for Moderates, Liberals, and Pragmatic Conservatives in Our Party. En tiempos en que algunos movimientos populistas invocan a los padres fundadores en USA sin siquiera conocer sus nombres (http://www.elpais.com/articulo/opinion/Temporada/Idiota/elpepuopi/20101031elpepiopi_5/Tes), conviene leer textos como éste.

Rybicki, estudiante en la Universidad de Texas, argumenta que el retorno que algunos reclaman a las raíces del Partido Republicano norteamericano en realidad sería un retorno a políticas de progreso, no precisamente a políticas conservadoras. Los republicanos de Abraham Lincoln creían que la industria y el libre mercado eran mejores que la esclavitud, deseaban modernizar el país y defendían los derechos individuales. Se enfrentaban por igual a quienes confiaban ciegamente en el status quo y a quienes desconfiaban de la capacidad del individuo para construir su propia felicidad.

Hoy la prensa publicaba unas declaraciones de Mariano Rajoy (http://www.lavanguardia.es/politica/noticias/20101031/54063136698/rajoy-dispuesto-a-derogar-la-ley-del-matrimonio-homosexual-aunque-la-avale-el-tc.html) que me han vuelto a hacer pensar que votar al PP sería salir de Guatemala para entrar en Guatepeor.

Personalmente, ni creo que el aborto sea una solución ni creo tampoco que el matrimonio homosexual esté bendecido por Dios. Pero no quisiera ver en prisión o en las urgencias de un hospital a ninguna chica de 16 años que haya decidido abortar clandestinamente; y tampoco me gustaría negar derecho alguno a nadie por razón de su orientación sexual.

La derecha conservadora no puede traer el progreso porque no respeta nuestras libertades. Se ha acostumbrado a usar el poder del Estado para imponer su moral. Pero, como decían en los dibujos animados, "no se vayan todavía que aún hay más". Es que además de eso nuestro conservadurismo coquetea con un populismo xenófobo, estigmatizando al extranjero sin base alguna y obstaculizando así su capacidad emprendedora.

Un ejemplo de ello son las declaraciones de Alberto Fernández, candidato del PP a la alcaldía de Barcelona: "Es cada vez más frecuente que importantes sectores de la población inmigrante conviertan en un verdadero abuso, el acceso y derecho al uso de la sanidad".  Una frase dicha la misma semana en que se publicó un estudio según el cual los inmigrantes van al médico la mitad de veces que los españoles (http://www.enlatino.com/portada/espana/los-inmigrantes-van-la-mitad-de-veces-los-centros-de-salud-20900).

Para construir una alternativa eficaz y que garantice nuestros derechos necesitamos volver a las raíces del mejor pensamiento político español, el que en 1812 elaboró en Cádiz nuestra primera Constitución, buscó la regeneración de nuestro sistema político en los inicios del siglo XX y nos devolvió la Libertad tras 40 años de Dictadura. Ese impulso en favor de la Libertad es la única fuerza que puede traernos el progreso, sacándonos de la crisis sin perder nuestra alma en el intento.

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